Las máscaras faciales han evolucionado dramáticamente a lo largo de la pandemia. Comenzaron como un elemento utilitario necesario. Pero a medida que se convirtieron en parte de nuestra vida cotidiana, todo el mundo comenzó a reimaginar cómo puede verse un cubrimiento facial. Aunque siguen siendo esenciales y utilitarios en su núcleo (en el nivel más esencial, una máscara siempre debe cubrir la boca y la nariz de forma segura y cómoda), ahora se han convertido en una forma de accesorio. Con eso en mente, sólo era cuestión de tiempo antes de que este sentimiento de moda evolucionara con nuestro perfil urbano distintivo también. Bordado en lino y algodón en temas de día y noche — lavable y reutilizable.