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La génesis de la marca Paracas comienza en California cuando nos dimos cuenta de que los climas a los que estábamos expuestos al disfrutar del aire libre estaban afectando nuestro cuidado de la piel. Con opciones limitadas, compramos a regañadientes productos para el cuidado de la piel de marcas que no conocían los elementos del exterior ni lo que un consumidor de productos al aire libre realmente necesitaba. Estos productos de talla única no sirvieron para nada cuando buscábamos que la piel se recuperara de nuestras aventuras en condiciones climáticas extremas. Consolidamos nuestra visión de la marca Paracas en 2014 mientras atravesábamos el desierto de Atacama, que tiene el clima más seco del planeta. Rápidamente nos dimos cuenta de que necesitábamos un producto que se «adaptara» a un clima en particular. Mientras contemplábamos una magnífica puesta de sol en el volcán Licancabur, acuñamos el término «cuidado de la piel adaptado al clima» y el resto es historia.
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La génesis de la marca Paracas comienza en California cuando nos dimos cuenta de que los climas a los que estábamos expuestos al disfrutar del aire libre estaban afectando nuestro cuidado de la piel. Con opciones limitadas, compramos a regañadientes productos para el cuidado de la piel de marcas que no conocían los elementos del exterior ni lo que un consumidor de productos al aire libre realmente necesitaba. Estos productos de talla única no sirvieron para nada cuando buscábamos que la piel se recuperara de nuestras aventuras en condiciones climáticas extremas. Consolidamos nuestra visión de la marca Paracas en 2014 mientras atravesábamos el desierto de Atacama, que tiene el clima más seco del planeta. Rápidamente nos dimos cuenta de que necesitábamos un producto que se «adaptara» a un clima en particular. Mientras contemplábamos una magnífica puesta de sol en el volcán Licancabur, acuñamos el término «cuidado de la piel adaptado al clima» y el resto es historia.