Todo empezó cuando supimos que Ella iba a venir al mundo. Como madre sensible, me di cuenta de lo importante que es la elección de ropa del bebé para su desarrollo físico y su salud, y preparé la lista de compras con toda mi emoción. Con la sensación indescriptible de tener a Ella en mis brazos, empecé a buscar en Internet algo que pudiera mantener sus pequeños pies calientes. El riesgo de pasar frío con unos botines de punto tradicionales me preocupó un poco. Así que decidí hacerme mis propios botines. Sacrifiqué una camiseta peinada de algodón orgánico que había comprado para Ella y así nacieron nuestros primeros pantalones de chándal. Como madre trabajadora e investigadora que quiere lo mejor para su bebé, siempre quise que Ella usara lo mejor en ropa hecha con materiales orgánicos y naturales. Vi la satisfacción de las madres de Ella Bonna como mi propia satisfacción, y la felicidad en sus ojos como mi propia felicidad. Tras el crecimiento de Ella y sus primeros pasos, diseñamos nuestras pantuflas con cierre a presión y antideslizantes basándonos en mis experiencias y en las experiencias de madres como yo. Nuestro viaje por el comercio electrónico, que comenzó con una amiga de mi esposa y se centró principalmente en el mercado estadounidense, ha reunido a más de 1 millón de madres a las que todavía les encantan los productos de Ella Bonna en más de 20 países.