¡Caramelos liofilizados! ¿Alguna vez has probado algo y te ha gustado tanto que no te cansas? Lo hice, ¡eran bollos liofilizados! No podía dejar de comerlos, me encantaban, me encantaban su sabor, me encantaban los crujientes, simplemente me encantaban, pero no podía conseguirlos a menos que los pidiera por Internet. Los estaba pidiendo, eran caros y no eran consistentes. Algunos paquetes estaban bastante bien, pero luego otros se llenaron con paquetes blandos o con otros que no estaban completamente secos. Decidí que ya estaba harto de la inconsistencia y decidí empezar a hacerlos yo mismo. Cuando hago los míos, los hago como me gustan, completamente liofilizados, en lotes pequeños para que mis clientes estén satisfechos y felices. Me aseguro de que todas mis golosinas estén hechas a la perfección para que tú, como cliente, quedes satisfecho en todo momento.