Soy un joyero que vive en Asheville, CAROLINA DEL NORTE. Empecé a hacer joyas cuando tenía seis años. Pinté broches con caras de calabazas para venderlos en las ferias de artesanía de Halloween. Crecí pensando en nuevos diseños de joyas todo el tiempo. Asistí a la Escuela de Diseño de Joyería y Orfebrería de Rhode Island. En la actualidad, sigo interesado en hacer obras que celebren las tradiciones. Tomo prestados símbolos de una variedad de prácticas espirituales y culturales para crear mi propio mundo de objetos sagrados. Cada pieza está diseñada para ayudar a cada persona que la usa a sentirse conectada con algo misterioso, antiguo y más grande que ella misma.